¿Por qué importa la reputación personal?

La reputación de los líderes cada vez es más importante para las organizaciones

En el mundo actual, la reputación de los líderes cada vez es más importante para las organizaciones. Por estos motivos:

  • Ante el exceso de información tendemos a especializarnos. De ahí que tengamos que confiar en terceras personas para que nos interpreten los temas de los que no tenemos conocimiento. Damos más relevancia y credibilidad al análisis de personas cuyo criterio consideramos válido.
  • Aumenta la exigencia de participación de los directivos de las empresas en el debate político y social: tienen que tomar una posición respecto a diversos temas. Este movimiento se conoce como el activismo CEO a raíz de un artículo en la HBR de enero de 2018.
  • A esto se suma que vivimos en la tercera ola de transparencia. La transparencia básica implica que una empresa produce un bien o servicio y el consumidor lo sabe. La segunda ola de transparencia aparece en los 80 y los noventa, cuando se publican fotos de niños cosiendo balones de algunas reconocidas marcas deportivas. A partir de ese momento a los consumidores les empieza a importar no solo qué produce la empresa sino, sobre todo, cómo lo produce. La tercera ola llega cuando se destapan los escándalos del Dieselgate en EE.UU., Odebrecht en Latinoamérica o los múltiples casos de corrupción en los partidos políticos. Hoy más que nunca, la gente empieza a ser consciente de que las corruptas no son las empresas u organizaciones, sino las personas que hay en ellas, y por eso la ciudadanía exige conocer más y mejor a los líderes de esas organizaciones, para saber si están de acuerdo con sus valores.

Sumado a que las redes sociales —y en general el entorno digital— están creando una sociedad cada vez más plana y dan mayor acceso a los responsables de las grandes decisiones, todos estos factores plantean a los líderes unos retos enormes sobre la gestión de su reputación y su manera de estar en el mundo; y no sólo a los líderes, sino, a la postre, a cualquier profesional que quiera estar hoy en día en el mundo.

Las agencias de relaciones públicas tradicionales entienden la comunicación en términos de imagen, no de credibilidad, pues manejan los parámetros de comunicación del siglo XX. Priman la celebridad —ser conocidos— frente a la credibilidad —ser reputados—. Por ello los enfoques tradicionales de comunicación están agotados. La imagen no es sostenible por sí misma y, además, se corre el enorme riesgo de que sea impostada y no muestre qué puede aportar realmente el líder.

El método de Thinking Heads

¿Cuál es la diferencia de la aproximación de Thinking Heads a la cuestión de la reputación? Nosotros abordamos esta problemática de manera totalmente diferente a la tradicional, a través de nuestro método de posicionamiento personal (LPS) que desarrollamos de la siguiente manera:

  • Entendemos el papel del líder de la organización no sólo como portavoz, sino también como una pieza crítica para el desarrollo de la reputación de una compañía. El portavoz habla en nombre de la empresa, pero el líder debe de tener una voz propia al servicio de la organización para la que trabaja que le permita hacerse oír más lejos y llegar de manera diferente a los stakeholders de la organización.
  • Siempre partimos de la persona y de su biografía personal. Analizamos la propia vida y experiencia del líder para descubrir qué le hace único y diferente. Acabamos identificando una serie de áreas en las que puede aportar algo único a la sociedad.
  • Tomamos el plan de comunicación de la empresa y estudiamos cómo esas áreas de influencia del líder pueden encajar mejor, convirtiéndolo en un activo más crítico para la promoción de la reputación de la organización.
  • Una vez armado este sistema y definidas las áreas de conocimiento, identificamos las audiencias más relevantes para la organización a la que el líder sirve y desarrollamos las estrategias más efectivas para impactar en ellas a través de los cuatro tipos de plataformas de influencia más relevantes:
    • Entornos online (RRSS, blog, etc.)
    • Artículos de opinión y de fondo
    • Plan editorial
    • Relaciones institucionales personales: qué personas tienen que conocerle y en qué eventos ha de estar.
  • Finalmente, una vez cerrado el plan se establecen las métricas y KPI claves para medir el desarrollo del plan así como el impacto en la organización a la que sirve. Evaluamos los resultados para hacer sobre la marcha los ajustes necesarios.

Nuestro método para gestionar la reputación de un líder tiene un objetivo muy claro: no queremos que el líder parezca un referente, sino que realmente lo sea, que su reputación esté basada en su sustancia y no en la apariencia. Solo así podrá conducir al éxito a la compañía o institución que dirige.

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