Internet ha transformado profundamente el mundo en el que vivimos y aunque no se puede obviar su potencial educativo ya que favorece la divulgación de información, ideas y conocimiento, no se pueden perder de vista sus riesgos. Vivimos en un mundo donde la sobrecarga informativa cada vez es mayor, dificultando la correcta identificación de información relevante y llegando incluso, en ocasiones, al punto de la desinformación.

Las nuevas tecnologías han cambiado la sociedad y la educación debe ser reinterpretada y orientada a inculcar una cultura digital. De esta tendencia se ha hecho eco Daniel Romero-Abreu, presidente de Thinking Heads, en su artículo “Educar en la esencia para vivir en un mundo incierto”, publicado en el Diario de Cádiz el pasado 19 de noviembre en un especial con motivo del 125 aniversario del colegio San Felipe Neri de Cádiz, donde estudió.

Fomentar el pensamiento crítico

La educación es uno de los pilares de la sociedad y una de las herramientas más esenciales para el desarrollo intelectual de la persona y, por ende, del avance de la sociedad. Ante esta sobrecarga informativa, “¿cómo educar a nuestros hijos para que sepan distinguir lo verdadero de lo falso, lo superficial de lo auténtico”, se cuestiona Romero-Abreu. “Necesitamos a expertos que nos ayuden y referentes en los que podamos confiar, pero cada vez se nos hace más difícil dar con ellos. Quizá porque en el mundo de la comunicación digital hay poco espacio para el pensamiento crítico y demasiado para el análisis efectista: cuanto más rápido y más ingenioso eres en Twitter, más éxito tienes”, reflexiona el experto en estrategia personal.

De la educación de hoy depende el futuro de mañana. Se debe hacer una reinterpretación de la educación para adecuarla a las exigencias de la era digital, que está construyendo un mundo cada vez más conectado y complejo. Educar en el pensamiento crítico significa inculcar la capacidad de tomar decisiones, sometiendo a análisis y evaluando la información recibida, sin aceptar como verdadero lo que se acepta socialmente.

Desarrollar un pensamiento crítico implica reflexión, creatividad, análisis, compromiso y debate para rechazar las explicaciones fáciles y superficiales y saber diferenciar una fakenews de una noticia contrastada y un sabio de un impostor. “Es fundamental educar desde la esencia, desde unos valores claros que lleven a la reflexión, al autoconocimiento y al deseo de hacer de nuestro mundo un lugar mejor”, concluye Daniel Romero-Abreu”.