¿Cómo estás llevando las fases hacia la nueva normalidad?

Han sido meses duros. Hemos visto cómo el coronavirus ha dado un giro a nuestra vida. En los peores casos nos habrá tocado más de cerca la enfermedad, en los mejores, nos habrá tocado adaptarnos a esta nueva situación personal, familiar o profesional.

Todos hemos aprendido algo. A lidiar con nuestras emociones, a vivir con lo imprescindible, a teletrabajar, a ser profesores, a realizar una videollamada, a hacer gestiones y compras online, a cocinar pan, a cortar el pelo, a practicar yoga… pero sobre todo: a valorar nuestra libertad y el entorno en el que queremos movernos.

Y después de esos meses y de esos aprendizajes… ¿y si nos llevamos todos los aprendizajes para aplicarlos al siguiente reto que tenemos por delante? Ha llegado la hora de que tomes una decisión importante para tu futuro y el de generaciones futuras:

¿Te gustaría dar un paso adelante y empezar la lucha contra el cambio climático?

Si quieres descubrir cómo podemos vencer el cambio climático de la misma forma que estamos luchando contra el COVID, te invito a leer las fases para la desescalada del cambio climático.

Fase 0 – En casa.

Te has pasado muchas horas en casa. Tantas que quizá hasta haya subido la factura eléctrica. Así que, si te estás planteando cómo puedes ahorrar energía cada día y al mismo tiempo ayudar al planeta, aquí tienes 4 fases que harán de tu casa un lugar más sostenible.

Cambia a bombillas LED. A la larga salen más económicas, ya que duran más, así no tendrás que ir tantas veces a la tienda y reducirás residuos. Un 3×1 en ahorro y eficiencia.

Enciende todo un poco menos. Intenta coger el hábito de ir apagando las luces de las estancias de donde sales o encender solo el punto que luz que necesites en cada momento.

Ventila bien. ¿Y sabes por qué? Porque es el aire acondicionado más económico, el de nuestros abuelos. Una buena corriente ahorra mucho. Intenta que no falte la ventilación a primera hora de la mañana y/o a última de la noche.

fases desescalada cambio climatico (1)

Elige proximidad. Cuanto más cerca mejor, tanto el supermercado como los productos que compras. ¿Sabías que la naranja que viene plastificada ha viajado más que tú en el último año? Te aseguro que no sabe mejor que la de Valencia, pero sí que contamina mucho más.

 

Fase 1 – Primeras salidas.

Ir a hacer la compra al supermercado ha sido la vía de escape más común, nuestra mayor aventura durante meses. Y la pregunta es ¿qué podemos hacer para que tenga un menor impacto?

Usa bolsa de tela. Lo reconozco, es mi packaging favorito, nunca se rompe, siempre va conmigo. Dura años, y nunca, nunca, nunca, acabará flotando en el mar. Mi abuela tenía una que le duró 20 años. ¿Seré capaz de superarla?

Elige productos sin envasar. Estarás cansado de escucharlo, así que antes de meter ese pack mega plastificado de plátanos en el carrito, piensa en los miles de animales marinos que te agradecerán no hacerlo. Si te acostumbras a llevar tu propia bolsa reutilizable, verás qué sencillo es cambiar el hábito y evitar envoltorios de plástico.

Minimiza el uso de productos de un solo uso. ¿Por qué vas a gastar en decenas o cientos de mascarillas cuando hay opciones reutilizables?

Busca alternativas más ecológicas al consumo de plásticos de un solo uso. En lugar de botellas de refrescos o agua en plástico lleva contigo tu propia botella, y haz que sea tu nueva compañera de aventuras, o trata de buscar elementos más sostenibles como aluminio, vidrio o cartón en caso de no tener otra opción.

Recicla. El final de vida, no es la muerte, sino el reciclado, y debería ser así para todo producto. Deposita tus envases en el lugar correcto y siente que estás ayudando a la salud de tu planeta y de futuras generaciones.

Fase 2. Volver a transitar.

Llegó el momento… Te pones tus zapatillas de deporte o coges tu bici y sales a pasear.

Todo te parece nuevo, sientes una alegría inmensa, libre por fin. ¡Respirar, sentir, moverse!

No pierdas estos hábitos tan beneficiosos. Si cada vez te apetece menos encerrarte en el coche…

Camina siempre que puedas. De esta forma podrás disfrutar de la brisa, del sol en tu rostro, de los olores y también ver y saludar a otras personas. Si dejas el coche aparcado te darás cuenta de que, además de ahorrar, te sentirás más relajado y alegre.

Móntate en tu bicicleta. Recupera esa bici que estaba en el trastero y ponla a punto. O si no, prueba a alquilar una o comprarla de segunda mano. Te enganchará, te sentirás más joven, te traerá sensaciones que creías olvidadas.

Potencia el teletrabajo. Te ha costado, pero ya te has acostumbrado al mundo online, a las videollamadas en Zoom y a las herramientas digitales de trabajo en equipo. Entonces, si has encontrado una nueva forma de trabajar, más eficiente y sostenible, ¿por qué no evitar el presencialismo y plantear una parte de la jornada en teletrabajo?

Fase 3. El consumo.

Y llegó la hora, esperada por muchos. Abren bares, restaurantes y centros comerciales. Claro que tenías ganas de ir a tomar algo en una terracita o ir de compras, pero tampoco hace falta volverse loco por consumir como si no hubiera un mañana…

Compra lo que necesites. Si hemos aprendido a vivir con menos ¿por qué vamos a desperdiciar esta ocasión para ser más conscientes de nuestras compras?

Evita la compra compulsiva. Cuando vayas de nuevo a un centro comercial o a las tiendas de fast fashion, pregúntate ¿realmente lo necesito? ¿estoy comprando de más solo por el precio, oferta, saciar ansiedad…?

Menos fast food, menos residuos, más salud. Llevas meses sin salir a comer fuera, y el que más y el que menos, ha aprendido a cocinar algo. Unos han cocido su primer pan, otros han hecho su primera tortilla de patata, otros se han convertido en auténticos chefs estrella Michelin. ¿Vas a malgastar estos conocimientos maravillosos volviendo a comer en fast foods que en un solo día tienen más impacto medioambiental que una persona en una década?

La nueva normalidad.

Ya está aquí, la llamada nueva normalidad ha llegado para quedarse. Es el último paso en este trayecto. Vas a poder viajar de nuevo, moverte libremente. Quizá vas a retomar ese viaje cancelado, o hacer ese viaje que llevas tanto tiempo planeando. Sea cual sea el motivo del desplazamiento, de ocio o de trabajo, replantéate el cómo.

Aprovecha trayectos. Si vas a moverte en coche planifica bien tu ruta para hacer los mínimos desplazamientos y kilómetros posibles.

Comparte vehículos. Bien con conocidos o compañeros o través de aplicaciones que organizan a personas que quieren desplazarse al mismo lugar al mismo tiempo.

Prueba el carsharing. Un método de alquiler de vehículos por periodos de tiempo limitados, ya sean horas o minutos.

Usa más el transporte eléctrico. Alquila un patinete o bici eléctrica, usa más el tranvía o bus eléctrico. De esta forma ayudas a preservar estos maravillosos cielos azules que han vuelto a nacer en todas las ciudades.

¡Enhorabuena! Has llegado hasta aquí y eso quiere decir que has aceptado el reto de luchar contra el cambio climático y que vas a aportar tu granito de arena para salvar nuestro planeta.

Tú, tu pareja, tus hijos, tus padres, tus amigos, tus compañeros de trabajo… Todos podemos dar pequeños pasos, integrar nuevos hábitos y que día a día, todos juntos, avancemos hacia un futuro más sostenible. Así que recuerda y recuérdaselo: cada paso que damos, nos acerca o nos aleja a ese objetivo.

Cuéntame en un comentario cuál será tu próximo paso, ¿Hacia un mundo más sostenible o hacia un mundo más contaminado?

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