La semana pasada celebramos en el marco del Thinking Heads Virtual Summit la jornada “Claves para la nueva normalidad”, estructurada en tres mesas redondas de política, economía y empresa. Este debate online se basó en el informe que elaboraron conjuntamente los expertos Álvaro Nadal, Miguel Sebastián, José Carlos Díez, Javier Díaz Giménez y Carlos Rodríguez Braun con la unidad de consultoría de Thinking Heads, representada por Edelmira Barreira, directora de Consultoría, e Irene Alonso, consultora senior.
A continuación resumiremos el contenido de las dos primeras mesas (política y economía) en las que los expertos antes mencionados debatieron sobre el mundo que nos espera una vez acabe la emergencia sanitaria, así como sobre las previsiones para la recuperación económica.
En la mesa política, Álvaro Nadal y Miguel Sebastián coincidieron en que esta crisis económica es diferente a las anteriores porque viene propiciada por la necesidad de atajar una epidemia. Una situación en la que la recuperación de nuestros modos y medios de vida no tiene cabida hasta que no llegue un tratamiento eficaz para parar el virus o se consiga una inmunidad grupal. Miguel Sebastián opinó que no tiene sentido hacer pronósticos o delinear una curva de recuperación, ya que la clave es la duración de la recuperación en función de lo que ocurra a nivel nacional e internacional con la pandemia.
Álvaro Nadal explicó que uno de los principales problemas para abordar esta crisis es la toma de decisiones por parte de los gobiernos porque hay que vivir entre dos males: salvar la salud o salvar la economía. Ante esta afirmación, Miguel Sebastián le contradijo tajantemente afirmando: “no hay dilema, la única manera de garantizar una recuperación robusta es que se recupere la salud”.
En cuanto a las recomendaciones en política económica, cada uno optó por un camino, si bien estuvieron de acuerdo en que el componente estrella de la crisis es la oferta y había que intentar mantenerla viva el máximo tiempo posible.
“Tenemos que pensar en las administraciones públicas como grandes compañías de seguros” Álvaro Nadal.
La incertidumbre crea riesgos económicos y los únicos capaces de cubrirlos son los gobiernos, por su tamaño y estabilidad en el tiempo. Álvaro propuso así la idea de recomponer el esquema de protección pública a uno de aseguramiento en el que la gente esté dispuesta a asumir más riesgos y, por lo tanto, a estimular la producción. Las políticas públicas tienen que fomentar la confianza en el público, tanto como consumidor como productor. El estado emocional del público explica los ciclos de demanda y con expansiones fiscales y aumento de la cantidad de dinero se recupera la confianza.
Por otra parte, hay un desajuste entre la economía monetaria y la economía real y los recursos deben reasignarse hacia lo que realmente se va a demandar, lo que requiere políticas de oferta que busquen la flexibilidad para que las empresas logren adaptarse. El fomento de los sistemas concursales y la movilidad de los precios relativos son medidas necesarias para garantizar esta flexibilidad.
El turismo no solo no va a servir de motor para salir de la crisis, sino que va a ser el último elemento en la desescalada, explicaba Miguel Sebastián. Este aspecto debería incitar a la reflexión sobre la diversificación del sector turístico y de la industria de la economía española. Es precisamente el enfoque sectorial y no geográfico que se está haciendo de la vuelta a la normalidad lo que presenta muchos problemas. El antídoto son las políticas industriales, sectoriales y turísticas acompañadas de liquidez para las empresas que faciliten que la recuperación sea más rápida.
Asimismo, también hace falta un seguro ante choques como el que está ocurriendo, porque España no se puede permitir una segunda crisis de deuda. Hay que pedir lo razonable para hacer frente a la crisis y, para ello, es necesario un equilibrio entre un endeudamiento necesario y no contagioso. Cuanto más exceda la cantidad de dinero, más cuestan los bienes y servicios, y por eso se debe apostar por una financiación con países que no tengan riesgo inflacionario.
Vídeo completo de la mesa redonda:
Escenarios económicos
La mesa económica estuvo plagada de discrepancias entre los participantes. Javier Díaz Giménez opinó que las políticas de “sálvese quien pueda” iban a tener un freno y hasta que los precios relativos no volviesen a su nivel habitual no se volvería a la normalidad. Aunque los primeros impactos sean duros, progresivamente es más fácil que la economía crezca por motivos estadísticos y de adaptación continua. Argumentó que ya se ahorrará en un futuro y que ahora es necesario gastar, sobre todo en las personas más necesitadas. El sector público, que utiliza el dinero de los contribuyentes, deberá establecer rentas de emergencia que ayuden a la adaptación a esta nueva normalidad y garanticen la salud pública, ya que es una misión que corresponde al Estado.
José Carlos Díez estableció que las previsiones del -13 % eran desproporcionadas, si bien anticipó un segundo trimestre bastante negativo con un shock del 96 al 120 % del PIB y un 24 % de IVA. Para él, el peor escenario viene de la parte financiera por la exposición que tiene España a esta junto con la exportación y los servicios. El miedo y la incertidumbre se presentan como otros aspectos que retrasan las decisiones de compra y de creación de empleo. Para la recuperación apostó por tener un superávit primario en el que el crecimiento se sitúa por encima de los intereses pagados. Si no, el agujero del déficit se debe cerrar con el recorte de pensiones o la subida de impuestos
“El gasto público no es gratis, al menos desde el maná” Carlos Rodríguez Braun
Por su parte, Carlos Rodríguez Braun trazó una previsión de recuperación en “W”. Si la primera mitad del año ha sido catastrófica, la segunda traerá peores datos, tanto en actividad como en empleo. A finales de 2020 la economía empezará a recuperarse. Sin embargo, en el primer trimestre de 2021 habrá un efecto rebote en el que habrá que empezar a pagar todo lo gastado con una subida de impuestos que propiciará una recaída. La razón recae en que en una situación como esta en la que no se puede reducir el gasto público, parece que la única manera de cerrar la brecha del déficit es subir los impuestos. No conforme con esta solución, expuso que existen otros escenarios de recuperación que pasan por la combinación de la expansión de la cantidad dinero con la cantidad de circulación y por establecer condiciones que no dañen demasiado a las empresas para acelerar la creación de empleo.
Vídeo completo de la mesa redonda:
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